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jueves, mayo 31, 2007

Pregunto:

No encuentro manera de hacerle la debida introducción a este post, alguna frase y su consecuente párrafo que nos ponga en onda a todos, las expectativas del lector correctamente alineadas con el desarrollo del texto.
Así que iré directo al grano: ¿Qué es lo que motiva, en las actuales circunstancias de una sociedad globalizada y de gente que se supone ‘open mind’, a una mujer soltera que está con un hombre soltero, a mantener una relación secreta cual ‘amante’ durante 4 años?

Y es que yo acepto que estar con alguien a escondidas, tiene su encanto, una complicidad que puede resultar conmovedora.
Pero esta es la situación: ambos solteros, ella una chica guapa, él todo un ejecutivo, cuando conversan mantienen la formalidad de una relación amistosa, en las tardes cada quien por su lado y para su casa, si luego de eso se ven será en algún lugar no público donde los pudieran encontrar.

Y mucho más allá de que aparentemente no se encuentre el motivo para tener una relación de bajo perfil y bien disimulada; lo que me atrevo a cuestionar es ¿Cómo una chica bonita (y que se sabe bonita, así que no crean que es un asunto de autoestima) de una familia acomodada, con estudios y un buen trabajo, se puede dejar convencer de ser siempre la no-oficial (y con esto no quiero decir que el tenga otra, eso no lo sé, pero no es el punto)? ¿Qué es lo que un hombre podría decir u ofrecer para que alguien en su sano juicio acepte? Hombre sabio en cuanto a jugar la psicológica, me parece.

Será simplemente que yo nunca podría ser la escondida, en mi escala de prioridades estoy yo primero. Cuestión de temperamento y de caprichos.
La interrogante está escrita, yo espero las respuestas.

lunes, mayo 28, 2007

De relaciones II

Si nos pusiéramos a hablar de cuales debieran ser las variables de peso que importan al momento de elegir pareja, los adjetivos sobrarían, pero no se trata solo de ser, divertido, honesto, puntual, guapo, alto, con carro, etc. Una amiga me decía el otro día que para ella la bondad de un hombre no debería ser algo que lo enorgullezca tanto, yo en cambio creo que si, porque puedes poner todas las variables sobre la balanza y al final del día no te quedas con el de los comentarios en doble sentido que te llena de expectativas sino con el bueno, aquel que brinde seguridad más allá de tres horas en un hotel de paso.

El problema es con aquellos hombres que se construyen a si mismos como príncipes encantados dignos de los mejores cuentos, y creen que por saberse tan buenos tienen derecho a esperar por su princesa ideal, pero he aquí un secreto: dicha princesa no existe! El gusto es cuestión de percepciones, cada hombre dirá que está con una mujer hermosa, pero no todas esas mujeres hermosas aplican para miss universo, o si?

Posteriormente, la tolerancia a los problemas y eventuales discusiones en inversamente proporcional al tiempo que dure la relación, lo lógico sería que las relaciones duren mientras exista aún esa emoción pura, mientras no haya imposiciones, celos, absurdos, malas caras, etc. Claro, eso sería óptimo pero nos olvidamos de ese ligero detalle que por lo general para esas alturas uno ya sufre de encamotamiento y aguanta nomás cualquier escena por el mito del "gusto de la reconciliación". Y digo que es un mito porque eso de hacer el amor* con toda la rabia acumulada, por lo menos en mi caso no se aplica, si estoy cabreada estoy cabreada y no quiero saber nada del susodicho, cada uno en su extremo de la cama y así hasta que empiece un nuevo día.

Pasar de esta etapa estable a una relación seria y duradera puede ser complicado, a veces sentimos miedo que descubran al ser que realmente somos, que nos despertamos cada mañana con las ojeras del maquillaje, en el apuro de ir al baño, o que simplemente con el tiempo se note que no somos excepcionalmente magníficos, uno puede consolarse con los cliches de siempre que es él/ella quien se lo pierde, pero después de ese minuto de gloria queda la inseguridad de reconocernos a nosotros mismos como lo que somos, aceptarnos con resignación y aún así seguir creyendo en el amor y en el felices para siempre.

Pero no quiero ponerme filosófica y hablar de amor, a la final yo creo que al igual que la felicidad, son conceptos sobrevalorados. El amor es un asunto de elección y la decisión correcta en el momento adecuado.

Al final del ciclo, todo termina; y lo terrible de aquello no es cuando las relaciones acaban, sino lo que pasa con nosotros cuando eso sucede, el teléfono que deja de sonar, aquella mitad de la cama que permanece fría, los recuerdos amontonados en cajones y un vacío interno que no tenemos ganas de llenar... hasta la siguiente oportunidad.

miércoles, mayo 23, 2007

De relaciones I

En particular creo que la mejor etapa de una relación es el coqueteo; aquellos días, o máximo semanas, en donde uno aún no tiene la completa certeza de que la atracción es de doble vía. Lamentablemente esta fantástica fase dura poco; al cabo de unos días el asunto se torna un poco más serio y comienzan las salidas y llamadas o sencillamente el feeling se apaga y es momento de hacer uso de la consabida orden: "Next"

Pero es en esta etapa justamente del coqueteo en donde se siente el cosquilleo y surgen diferentes reacciones, nótese que he cumplido mi papel investigativo con responsabilidad y no hablo únicamente a criterio personal, sino que este post representa, en parte, la voz del género.

Decía que existen diversas reacciones que se pueden dar, recordarán que de niños era muy típico darle un golpe al infante que nos atraía, luego crecemos y eso cambia... a veces; algunas personas tiemblan, otras sonríen torpemente sin poder articular palabra, quedan mudos, hay también quienes no pudiendo controlar el volumen de su voz empiezan a gritar exorbitantemente, no necesariamente es un llamado de atención, sino un completo descontrol. Conocí el caso de una persona que al estar frente al susodicho tenía una reacción de ansiedad que se traducía en calores insoportables y una terrible tendencia a sudar. No importaba cuanta ropa se sacara de encima, cuantos vasos de agua fría tomara o incluso cuantas veces lavara sus manos, el sudor se hacía presente desde sus palmas hasta su entrepierna.

Ahora, asumamos que dos personas han superado ya esta fase que es de mi particular gusto, suponiendo que todo en el coqueteo salió bien, que las sonrisas pudieron más que los ensordecedores gritos, el insoportable sudor o el abrumador silencio; la siguiente etapa será el de las invitaciones a salir, comidas, fiestas, películas, etc. En lo personal no me agrada mucho esta parte porque pese a la emoción o interés que se siente, uno tiene que fingirse mejor de lo que realmente es, de ahí que dicen que los hombres se casan con tres mujeres, la que cree que es, la que es, y la que pasa a ser.

Pero retrocediendo, no hablemos aún de matrimonio sino de las citas, y he aquí ciertos tips ojala hagan buen uso de ellos:
1. Sea un caballero, pero no se ponga de alfombra.
A las mujeres nos impresionan los hombres cuyos modales van más allá de abrir la puerta o retirar la silla (eso se aprende en la tele) tenga usted detalles importantes como no arrancar el carro hasta que haya entrado a la casa, levante la bandeja con los restos en un restaurante de comida rápida y deposite su contenido en el basurero dispuesto para el efecto.
2. No prometa que llamará si no va a hacerlo. Luego de una de estas citas, si el interés persiste, de señales de vida máximo al día siguiente.
3. Procure mantener su imagen como un reto, no apague drásticamente el gusto de la afortunada demostrándose muy fácil o defectuoso, y con defectuoso me refiero a todas esas características que pueden transformarlo de Ken a batracio:
a) Demostraciones de mamitis excesiva: una cosa es ser hogareño y otra abandonar una cita prometedora porque mamá pidió que por favor bañe al perro, ayude en las tareas a los sobrinos, riegue el jardín, la lleve a la comunidad de fe, etc.
b) Ser impertinente con historias de galán de telenovela; a algunas mujeres nos pueden gustar los hombres presuntuosos, a nadie le gusta uno que haga alarde de sus conquistas y mucho menos que demuestre ser como aquellos hombres que esta siempre a la pesca, lanzan sus redes con comentarios ambiguos y esperan a ver qué cae.
Nota: Coquetear con las amigas, primas, hermanas de la chica en cuestión, no lo convierte en un seductor.
c) Como ya fue dicho, uno de los problemas de esta etapa es que uno tiene que fingirse mejor de lo que realmente es, haga un esfuerzo y evite el chasco que representa aquellos hombres que son un encanto por mail, msn, msj, teléfono y el rato del esperado encuentro una se topa con una dualidad que provoca aburrimiento.

Este post quedó medio largo, así que decidí partirlo en dos, la continuación queda para el lunes.

lunes, mayo 07, 2007

Boda

Camino al altar sus ojos se llenaron de lágrimas, pensó que serían los nervios y con una sonrisa guardo su llanto, no podía permitir que el maquillaje se le arruinara.

Esperando en el altar, un tanto inquieto, su familia a la derecha, la de ella a la izquierda, miraba como el llanto acudía y se secaba en los ojos de la recién llegada, como una premonición vio que su vida a partir de ese entonces sería una cuneta de penas y de lamentos ahogados.

Una vez juntos frente al altar, tomados de las manos, las de él frías, secas las de ella, a sus espaldas 223 invitados, supieron que estaban cometiendo un error, el peor de todos, pero era ya demasiado tarde.