Estaba yo durmiendo la otra noche, en lo más cómodo y calientito de mi sueño, cuando medio me desperté con la sensación de que había alguien más en la cama a mi lado. No me pareció tan malo, ya que odio dormir sola, y pensé que esas sensaciones son resultado de haber estado pensando la tarde anterior en alguien, o simples remanecencias que le quedan a uno hasta re acostumbrarse. Así que sin que me importe mucho, me acomodé y seguí durmiendo.
Al día siguiente me despierto con el ruido que hace mi familia cada mañana mientras se alistan para ir a sus trabajos, pero como a mi me queda media hora más de sueño que al resto, me doy la vuelta y decido seguir durmiendo en eso siento un cuerpo de hombre a mi lado, lo toco, es real, tangible, puedo tocar su espalda, sus hombros y si me atrevo toco también su pecho y no lo reconozco. Le digo "esto no es un sueño, el tacto es distinto", y me contesta que es real, que está ahi, le digo "a ver tócame para ver si siento" y me toca, el tacto sigue siendo genuino. Pero no puedo ver su rostro claramente, lo cual le da un toque irreal a todo. En eso entra mi hermano menor a la habitación -él siempre entra a la misma hora a darme el beso de los buenos días- y este hombre me susurra al oido, "me voy, pero igual soy una presencia que siempre puedo volver a aparecer".
Me doy la vuelta, trato de recordar si mi hermano entró a la habitación o si fue todo parte de un sueño, pero ya está la ducha desocupada y es hora de levantarme e ir a bañarme. Me levanto, continúo con mi día normal. No hubo otro despertar que me de la esperanza que todo está en mi mente. Por supuesto, eso es lo más seguro.
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miércoles, octubre 27, 2010
lunes, octubre 25, 2010
Encajando
A veces pienso que hace 6 años no debí haber provocado un quiebre. Que hace 4 años no debí haber contestado un mail. Que no debí irme a Argentina. O que en definitiva, tampoco debí abandonarla.
Luego recuerdo la canción de Osmar Maderna, y sé que ese momento justifica a Buenos Aires. Recuerdo mi primera vez en San Francisco y la alegría con la que tomaba videos absurdos. Pienso en Babba, y sé que ese 20 de septiembre fue la noche más importante y que fue indispensable no faltar.
Hoy extraño los mates de Anita, así como a veces siento nostalgia por los adornos navideños de mi depar, así también como aún me duele un sentimiento que no se termina de apagar pese a la decepción. Pero esto es así, yo soy así, algunas veces cometo errores, y otras errores gravísimos.
Pero así soy, me acuerdo solo de las cosas buenas, aún cuando no logro definir si me equivoqué del todo, si caí de manera estúpida, o si es todo parte de un proceso que tiene que darse.
Por supuesto que en ocasiones tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para controlar la furia, permanecer en silencio y no dejar salir a la arpía que puedo ser. Pero, ¿de qué me serviría?, ¿qué ganaría con eso? Yo no soy ese tipo de personas, y no puedo dejar que la visceralidad de otros me convierta en alguien diferente.
Que cada uno construye su propia narrativa, es cierto, que no podemos cambiar el pasado, también lo es. Pero también es importante el cómo recordamos las cosas, si nos atrevemos a borrar todo y pretender que nunca sucedió, o como yo (para bien o para mal) preferimos conservar lo bueno.
Aunque sea un sólo detalle que nos haga creer que esos errores valieron la pena.
Todo empieza a encajar, con la mayor de las certezas sé que en este momento no es mi lugar Argentina, ni tampoco Estados Unidos, sé que estoy bien en Quito, si me quedaba, con las últimas noticias que he recibido, ahora estaría complicadísima, así que todo cuadra ahora, y cosas buenas me suceden a diario aquí. Quito, ciudad fría en mi país chiquito.
Luego recuerdo la canción de Osmar Maderna, y sé que ese momento justifica a Buenos Aires. Recuerdo mi primera vez en San Francisco y la alegría con la que tomaba videos absurdos. Pienso en Babba, y sé que ese 20 de septiembre fue la noche más importante y que fue indispensable no faltar.
Hoy extraño los mates de Anita, así como a veces siento nostalgia por los adornos navideños de mi depar, así también como aún me duele un sentimiento que no se termina de apagar pese a la decepción. Pero esto es así, yo soy así, algunas veces cometo errores, y otras errores gravísimos.
Pero así soy, me acuerdo solo de las cosas buenas, aún cuando no logro definir si me equivoqué del todo, si caí de manera estúpida, o si es todo parte de un proceso que tiene que darse.
Por supuesto que en ocasiones tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para controlar la furia, permanecer en silencio y no dejar salir a la arpía que puedo ser. Pero, ¿de qué me serviría?, ¿qué ganaría con eso? Yo no soy ese tipo de personas, y no puedo dejar que la visceralidad de otros me convierta en alguien diferente.
Que cada uno construye su propia narrativa, es cierto, que no podemos cambiar el pasado, también lo es. Pero también es importante el cómo recordamos las cosas, si nos atrevemos a borrar todo y pretender que nunca sucedió, o como yo (para bien o para mal) preferimos conservar lo bueno.
Aunque sea un sólo detalle que nos haga creer que esos errores valieron la pena.
Todo empieza a encajar, con la mayor de las certezas sé que en este momento no es mi lugar Argentina, ni tampoco Estados Unidos, sé que estoy bien en Quito, si me quedaba, con las últimas noticias que he recibido, ahora estaría complicadísima, así que todo cuadra ahora, y cosas buenas me suceden a diario aquí. Quito, ciudad fría en mi país chiquito.
Profecía
Me lo dijeron ayer las lenguas de doble filo, que te casaste hace un mes... y me quedé tan tranquilo.
Otro cualquiera, en mi caso, se hubiera echado a llorar; yo, cruzándome de brazos, dije que me daba igual.
Nada de pegarme un tiro, ni de enredarme a maldiciones, ni de apedrear con suspiros los vidrios de tus balcones.
¿Que te has casado? ¡Buena suerte! Vive cien años contenta y a la hora de la muerte Dios no te lo tenga en cuenta.
Que si al pie de los altares mi nombre se te borró, por la gloria de mi madre que no te guardo rencor.
Porque sin ser tu marido ni tu novio, ni tu amante, yo soy quien más te ha querido: ¡con eso tienes bastante!
Otro cualquiera, en mi caso, se hubiera echado a llorar; yo, cruzándome de brazos, dije que me daba igual.
Nada de pegarme un tiro, ni de enredarme a maldiciones, ni de apedrear con suspiros los vidrios de tus balcones.
¿Que te has casado? ¡Buena suerte! Vive cien años contenta y a la hora de la muerte Dios no te lo tenga en cuenta.
Que si al pie de los altares mi nombre se te borró, por la gloria de mi madre que no te guardo rencor.
Porque sin ser tu marido ni tu novio, ni tu amante, yo soy quien más te ha querido: ¡con eso tienes bastante!
Rafael de León
Chicherisima.
Después de tres años, el retorno musical es lo que más me impresiona. Sobretodo los soundtracks buseteros, estaba ya acostumbrada al silencio de los colectivos.
Luego de haber escuchando tanto rock argentino del chévere y luego cientos de canciones poperas romanticas en inglés cuyo género no aprendí pero que eran divertidas y sube ánimos, regreso a OV7, que esto es lo que se escucha en Quito.
Pero bueno, estoy de quinciañera de nuevo. Mientras mis amigas y amigos planean hijos, compran casas, se vuelven a casar, y yo me quedo como estancada en mi ciclo. No es malo en lo absoluto, tengo los derechos de un adulto con los cuidados y mimos de un infante.
Y mientras canto la letra de esta canción que a la primera oida me pareció divertidisima.
Luego de haber escuchando tanto rock argentino del chévere y luego cientos de canciones poperas romanticas en inglés cuyo género no aprendí pero que eran divertidas y sube ánimos, regreso a OV7, que esto es lo que se escucha en Quito.
Pero bueno, estoy de quinciañera de nuevo. Mientras mis amigas y amigos planean hijos, compran casas, se vuelven a casar, y yo me quedo como estancada en mi ciclo. No es malo en lo absoluto, tengo los derechos de un adulto con los cuidados y mimos de un infante.
Y mientras canto la letra de esta canción que a la primera oida me pareció divertidisima.
Fin.
Antes del libro cerrar,
quisiera contarte que no me gusto su final.
viernes, octubre 22, 2010
Guerra Lenta
Si aún no te he dado todo lo que puedo darte, aun espero de tu parte, palabras al viento. Mienteme con sentimiento, mienteme como yo te miento, dime que nada paso que el unico soy yo.
Si aún no te he amado todo lo puedo amarte aún espero de tu parte
como dos extraños, mentirnos sin tantos engaños, mentirnos sin hacernos daño,
dime que todo esta bien que me quieres igual que ayer.
miércoles, octubre 20, 2010
feelings
Cuando mis biógrafos estén resumiendo esta parte de mi vida, decidirán mejor tomarse unas vacaciones, al darse cuenta que me estoy repitiendo.
lunes, octubre 11, 2010
De curas y males.
Entonces ayer me fui a uno de esos médicos no tradicionales. No es que haya ido así como por iniciativa propia, ya que me cuesta creer. El coso se llama E-lybra, y me diagnosticó estar hecho pedazos, pero me tiene esperanzas.
Me alimentó la hipocondría, pero también me sorprendió lo mucho que le atinó a algunas cosas que obviamente quien me trataba no sabía.
Así en corto hago el resumen, resulta que mi dolor de estómago es un dolor matriz, que está relacionado a ni se qué centro, y que cuando mis emociones están mal, todo desemboca en mi panza. Además tengo una trichinela en la barriga, parásito muy bien alimentado que ayer gozó de una lasagna gloriosa. La dopamina la tengo hecho un desastre, hormona que cumple funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central. Y tiene mucho que ver con mi depresión y mi poca capacidad para dialogar. El cromosoma 8 lo tengo por niveles inverosímiles, ese si no sé que hace. Que tengo un shock prenatal y aún más interesante, un shock natal (mamita casi muere desangrada cuando yo nací). Ah, y no recuerdo el nombre de la hormona pero esa que se engarga de los desapegos también la tengo jodida. Entonces resulta que según esa lectura yo sería muy apegada a personas o cosas y me cuesta desvincularme, que a lo único que parece que no tengo apego alguno es a la vida y que tenga cuidado de eso. El tratante estaba feliz de atinarle, “apuesto a que es muy “guardadora” de cosas, que no puede distanciarse de las personas emocionalmente y además, doble o nada estoy convencido de que usa una cobija o tela para tranquilizarse y para dormir”. :S
Bueno, luego del cuidado físico, energético y emocional, tengo que cumplir la receta y todo eso, yo no es que me tome las medicinas con fe, pero habiendo pasado ya por tantos exámenes tradicionales, es interesante probar con lo nuevo. Si me curo va a ser un problema, porque he de ser una vieja temática.
Me alimentó la hipocondría, pero también me sorprendió lo mucho que le atinó a algunas cosas que obviamente quien me trataba no sabía.
Así en corto hago el resumen, resulta que mi dolor de estómago es un dolor matriz, que está relacionado a ni se qué centro, y que cuando mis emociones están mal, todo desemboca en mi panza. Además tengo una trichinela en la barriga, parásito muy bien alimentado que ayer gozó de una lasagna gloriosa. La dopamina la tengo hecho un desastre, hormona que cumple funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central. Y tiene mucho que ver con mi depresión y mi poca capacidad para dialogar. El cromosoma 8 lo tengo por niveles inverosímiles, ese si no sé que hace. Que tengo un shock prenatal y aún más interesante, un shock natal (mamita casi muere desangrada cuando yo nací). Ah, y no recuerdo el nombre de la hormona pero esa que se engarga de los desapegos también la tengo jodida. Entonces resulta que según esa lectura yo sería muy apegada a personas o cosas y me cuesta desvincularme, que a lo único que parece que no tengo apego alguno es a la vida y que tenga cuidado de eso. El tratante estaba feliz de atinarle, “apuesto a que es muy “guardadora” de cosas, que no puede distanciarse de las personas emocionalmente y además, doble o nada estoy convencido de que usa una cobija o tela para tranquilizarse y para dormir”. :S
Bueno, luego del cuidado físico, energético y emocional, tengo que cumplir la receta y todo eso, yo no es que me tome las medicinas con fe, pero habiendo pasado ya por tantos exámenes tradicionales, es interesante probar con lo nuevo. Si me curo va a ser un problema, porque he de ser una vieja temática.
Códigos
Yo no sé si en esto estoy mail. Quizá actúo de cierta manera y como veo que es un comportamiento común, lo asocio con ciertos códigos que todos deberían tener.
Si mi mejor amiga termina con su novio, y él me llama o me escribe para contarme su lado de la historia o buscar consuelo. Simplemente no lo acepto. Y eso, que yo a Fer lo quiero mucho, es tremendo amigo y la hospitalidad en su casa es algo por lo que siempre estaré agradecida. Pero mi amiga es ella, por muchos años, y yo a él lo puedo oír un par de frases y enseguida cerraré por que no es mi lugar, no soy su hombro y porque es mentira cuando alguien te dice que no hay lados. El mío es con la persona con quien en primer lugar cree una amistad, que luego haya conocido a su pareja por vínculos y que me haya caído bien, no justifica el desplazamiento.
Quizá esa es una de las cosas que más me ha costado.
Una historia tiene dos finales
el tuyo y el mío
no recuerdo cuantos daños cerebrales
causamos los dos
Pero es cierto ninguno está contento
yo no soy el tuyo y tú no eres mi centro
ya no, esto se acabó
Nada es tuyo, nada es mío
¿cómo repartimos los amigos?
¿cómo repartimos los recuerdos de este amor?
Ahora esta claro cada uno por su lado pero
¿de qué lado estoy?
si no pierdo y sé que no he ganado sino
no sé donde voy
He perdido el toque objetivo
todo lo que tuve ya no sé si era mío
ya no, esto se acabó
Nada es tuyo, nada es mío
¿cómo repartimos los amigos?
¿cómo repartimos los recuerdos de este amor?
Si mi mejor amiga termina con su novio, y él me llama o me escribe para contarme su lado de la historia o buscar consuelo. Simplemente no lo acepto. Y eso, que yo a Fer lo quiero mucho, es tremendo amigo y la hospitalidad en su casa es algo por lo que siempre estaré agradecida. Pero mi amiga es ella, por muchos años, y yo a él lo puedo oír un par de frases y enseguida cerraré por que no es mi lugar, no soy su hombro y porque es mentira cuando alguien te dice que no hay lados. El mío es con la persona con quien en primer lugar cree una amistad, que luego haya conocido a su pareja por vínculos y que me haya caído bien, no justifica el desplazamiento.
Quizá esa es una de las cosas que más me ha costado.
Una historia tiene dos finales
el tuyo y el mío
no recuerdo cuantos daños cerebrales
causamos los dos
Pero es cierto ninguno está contento
yo no soy el tuyo y tú no eres mi centro
ya no, esto se acabó
Nada es tuyo, nada es mío
¿cómo repartimos los amigos?
¿cómo repartimos los recuerdos de este amor?
Ahora esta claro cada uno por su lado pero
¿de qué lado estoy?
si no pierdo y sé que no he ganado sino
no sé donde voy
He perdido el toque objetivo
todo lo que tuve ya no sé si era mío
ya no, esto se acabó
Nada es tuyo, nada es mío
¿cómo repartimos los amigos?
¿cómo repartimos los recuerdos de este amor?
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