Estaba yo enojadísima, esas cosas que pasan, el gerente, que a veces es mi jefe y a veces es mi amigo me dijo muy serio: "mija, el problema no es él, es tu falta de comunicación, puesto que él no sabe por qué estás tan enojada" Mi jefe, a veces también hace de sabio y adivino.
Para mí, por supuesto estaba re claro. Los hombres no solo deben escuchar sino también interpretar lo que callamos, no sé, inventarse un traductor de silencios, gestos, y enojos. ¿No? ¿Seguro? ok.
El problema es que ellos no saben por qué nos enojamos. El problema es, que nosotras suponemos que adivinarán. Y pues, hay que entenderlo, si no lo hacemos explícito, no saben.
Ahora, a manera del capítulo #3 de mi "manual de relaciones interpersonales" (estoy segura que las partes 1 y 2 se encuentran publicadas en este blog, habría que identificarlos), quisiera colaborar con el género y comunicarles, hombres, que hay cosas que las mujeres no decimos pero que les haría bien enterarse.
- Caso 1 (aplican variantes similares)
El día lunes, o martes él la invita a salir (cine, concierto, o cualquier otro plan) para un día determinado, digamos viernes. No vuelven a hablar en la semana, el día viernes a las 9 de la noche él la llama o escribe preguntando "entonces, ¿te paso viendo o en dónde nos encontramos?".
Resultado: arde Troya.
Ella está realmente enfadada y lo manda al Cairo, dando por terminada la relación que nunca empezó o casi. Él no entiende ¿qué pasó?.
Te explico qué pasó: pues que te borraste tres días sin confirmar y re confirmar un par de veces adicionales lo acordado. Que debiste aparecer al menos una vez al día, y en la mañana del encuentro constatar que los planes seguían en pie. Armar la logística alrededor de 4 horas ante del encuentro y no a última hora, por supuesto que está enojada. ¡A la cama, y sin postre!
- Caso 2
Se conocen, la pasan bien, la ilusión es enorme al principio y después poco a poco va apagándose, hasta el punto en que decides si hay un interés real y se prosigue, o poco a poco ambos se abren y todo queda como un encuentro que no sucedió jamás.
Y ambas opciones están bien para ambos géneros, lo podemos soportar, el rechazo incluso si es que uno de los dos se enganchó más de lo permitido en esa primera etapa de reconocimiento.
El problema, cuando él se abre y le parece que está todo bien, sin embargo todo apunta a que ella no se lo está tomando con toda la madurez del caso. Ligero detalle, chicos, es que a veces no se percatan de todo el escenario, a continuación expuesto:
En esa primera etapa debería estar prohibido bajo la peor condena, expresar sentimientos falsos sólo por quedar bien o ganar confianza.
A ver, nosotras no les pedimos que nos digan que nos quieren, no necesitamos ser mentidas. No nos digan "me estoy enamorando" si no lo están, no digan "te quiero", no armen un futuro, no inventen, no rompan un corazón innecesariamente. Entiendan no nos duele la separación temprana, duelen las palabras que escuchamos y creímos porque sencillamente no existe necesidad de mentirnos. La escena que armamos, es respuesta a una crueldad que pudo ser evitada.
De nada.