Supongo que el más humano de los miedos es el temor al cambio, el mismo que nos obliga a aferrarnos a lo que tenemos, que entre cosas buenas y no tan buenas creemos que no puede ser tan malo porque de una u otra forma ya nos hemos acostumbrado y nos mantenemos en lo mismo, por comodidad, por recelo de lo que pueda pasar si nos arriesgamos.
Y ser cómodo a la final no es un pecado tan grave, no tanto como la pereza, mi pecado capital favorito (hasta cuando me imagino como la víctima del asesino de Seven, ese que estaba clavado en su cama rodeado de fotografías, sucio en sus propios orines.)
A veces vencemos el miedo, quizá por aburrimiento, o porque queremos creer que algo bueno nos puede pasar si nos atrevemos a dar el siguiente paso.
Nos alegramos cuando los otros, alguien cercano, triunfa entre sus temores y se aventura a hacer algo que no muchos se atreverían. Como aquella que dejó su casa, su trabajo y los panas de toda la vida para viajar a Italia, o ese primo mío que dejó la empresa propia, la novia, la casa gigante, los cuidados maternos y se aventuró de marine, pasó por el Fbi, y ahora quien sabe qué hace por Irak. Nos hacen sentir orgullosos.
Y claro supongo que aún ahora él siente miedo, yo lo sentí cuando me contó que se despertó a media noche por el ruido de una explosión y solo atinó a ponerse su chaleco antibalas y a seguir durmiendo. Miedo de no saber qué pasará mañana, aunque él no pierde oportunidad de levantarse en la madrugada y contar en un mail que el cielo está rojo, en sentido real mucho más que figurado.
Cada quien elige como hacer su vida, Natascha Kampusch vencerá su miedo a salir al mundo exterior, a las pesadillas, a los malos recuerdos y elegirá la manera en que quiere continuar con su vida, pasó 8 años encerrada, pero aun tiene unas cuantas décadas por delante. Si no se deja ganar por los traumas por supuesto. Mi primo eligió ser alguien fuera de aquí, aunque ahora derroche nostalgia en esos mails amanecidos, es el precio.
Cada uno está en posición de escoger que hacer con su existencia, cambiar o quedarse en una situación que no nos llena por completo, sea por costumbre o comodidad.
Hay algunas cosas que temo cambiar de mi vida, que es tranquila y pacifica, pero me he arriesgado a dejar algo que durante 4 años me ha mantenido cómoda aunque algo aburrida. Pedí que me cambien de departamento en mi oficina, ya no tendré en promedio 3 horas diarias para vaguear y limarme las uñas, no sé si vaya a tener Internet ilimitado como aquí, no tendré mi oficina gigante y con puerta para mi solita, donde puedo fumar o hacer lo que quiera, pero aprenderé algo distinto que espero me sirva a largo plazo.
Normalmente los primeros 10 días del mes estoy a full, los siguientes 10 me dedico a llamar a clientes morosos... pongo una voz de pendeja única, con eso que dicen que hay que tratar al cliente como ser humano y no crearle rencores contra el departamento de cobranzas entonces estoy todo el día escuchando sus penas, dándoles el pésame, deseándoles una tarde soleada y demás. No me reconozco, a ratos hasta alargo un poco las a's del final de las palabras y pongo diminutivos como cuotita y les trato de "mi señora", "mi señor". Y los últimos 10 días recorro los blogs, dejo comentarios por todo lado, aprendo francés online, cuento las horas para salir de la oficina, y de rato en rato explico a la gente de las regionales qué es mouse, qué es hacer clic y qué significa ctrl-c, ctrl-v (no, no esa b, sino la v chiquita).
Ahora voy a dejar todo esto que si bien no me tiene satisfecha, me permite ganar bastante bien, sin mucho estrés. Y es que el punto de todo esto trata justamente de aprovechar las oportunidades. A ver que pasa.
Últimamente he visto en las estadísticas del blog un ip repetido que entra desde Irak, quiero pensar que eres tú.
Páginas
Nube de Tópicos frecuentes
argentina
(37)
arranques emocionales
(32)
Ausencias
(18)
BarCamp
(1)
blogosfera
(31)
blogs and beers
(15)
blue
(21)
brasil
(1)
Confesiones
(8)
cortos
(31)
cuentos
(80)
delirios
(63)
fotos
(33)
Intento 01
(7)
Intento 02
(12)
intento 03
(1)
intento 04
(1)
loxab07
(1)
manual de relaciones
(7)
memes
(9)
música
(36)
Opinión
(13)
peliculas
(10)
Personales
(100)
recuerdos
(15)
reseñas
(9)
sex
(15)
teorías
(61)
topfive
(3)
USA
(1)
jueves, agosto 31, 2006
martes, agosto 29, 2006
Somos lo que comemos o somos lo que compramos?
Constantemente somos observados por nuestro prójimo, cómo camina, cómo y dónde almuerza, qué hace, con quién sale, cómo se viste, qué sé yo... El súper es quizá el lugar donde más se nota esto. Todos nos convertimos al mismo tiempo en científico y en ratoncito de laboratorio.
Ir al Súper es estar bajo la mirada critica de un centenar de personas que justamente hacen lo mismo que tu, pero se fijan cual si quisiera hacer todo lo contrario.
Siempre hago mis compras mensuales (y en épocas críticas bimensuales) en pareja, pero ya estando ahí, solemos dividirnos, él se va a ver las carnes y yo recorro la sección de congelados. Es ahí, cuando estoy sola comparando precios y esperanzada en encontrar esas riquísimas lasagnas que desaparecieron de los estantes hace medio año, que se nota más esto de lo que hablo. Las mujeres con hijos se quedan viéndome, en parte a mi y en parte a mis compras, la mirada reprobatoria por cargar en el carrito tantas golosinas y comida de fácil preparación.
Los hombres chequean bien a los alrededores para ver si efectivamente estoy sola y tratan de captar mi mirada. Los matrimonios jóvenes se agarran de las manos y sacan pecho cual si me quisieran decir "nosotros hacemos las compras juntitos". Y uno que otro perdido y desesperado parece que intentara copiarme.
Unos y otros miramos furtivamente las compras de la persona que pasa a nuestro lado, ese lleva como 70 brócolis y nada más, de ley es para algún restaurante. Yo apenas si meto a escondidas uno en el carrito que luego le obligaré a comer al Chello con el pretexto de que es bueno para la próstata.
A ese del otro lado buen trabajo le va a costar convencer a sus hijos de que no solo de papitas fritas vive el hombre. La pareja de ancianos que se dirigen y hacen camino para que pase el otro con las compras. Te miran, hombres y mujeres, como preguntándose ese qué lleva, o quizá sentenciando, intentando saber quién eres, mediante el analisis de lo que tomas de cada estanteria.
El punto es que pareciera que solo mientras estas comprando los alimentos que esperas te duren hasta el próximo sueldo, es cuando se cumple aquello de que somos lo que comemos, aunque según la manera en que nos miran y juzgan, somos lo que compramos.
Por cierto: En esta promoción de visa, por cada $ 25 de compras te dan una tarjeta y dos stickers, son 8 en total que se tienen que completar, me faltan 2; la letra S y el 1. Si alguien las tiene me avisa y repartimos el premio.
Ir al Súper es estar bajo la mirada critica de un centenar de personas que justamente hacen lo mismo que tu, pero se fijan cual si quisiera hacer todo lo contrario.
Siempre hago mis compras mensuales (y en épocas críticas bimensuales) en pareja, pero ya estando ahí, solemos dividirnos, él se va a ver las carnes y yo recorro la sección de congelados. Es ahí, cuando estoy sola comparando precios y esperanzada en encontrar esas riquísimas lasagnas que desaparecieron de los estantes hace medio año, que se nota más esto de lo que hablo. Las mujeres con hijos se quedan viéndome, en parte a mi y en parte a mis compras, la mirada reprobatoria por cargar en el carrito tantas golosinas y comida de fácil preparación.
Los hombres chequean bien a los alrededores para ver si efectivamente estoy sola y tratan de captar mi mirada. Los matrimonios jóvenes se agarran de las manos y sacan pecho cual si me quisieran decir "nosotros hacemos las compras juntitos". Y uno que otro perdido y desesperado parece que intentara copiarme.
Unos y otros miramos furtivamente las compras de la persona que pasa a nuestro lado, ese lleva como 70 brócolis y nada más, de ley es para algún restaurante. Yo apenas si meto a escondidas uno en el carrito que luego le obligaré a comer al Chello con el pretexto de que es bueno para la próstata.
A ese del otro lado buen trabajo le va a costar convencer a sus hijos de que no solo de papitas fritas vive el hombre. La pareja de ancianos que se dirigen y hacen camino para que pase el otro con las compras. Te miran, hombres y mujeres, como preguntándose ese qué lleva, o quizá sentenciando, intentando saber quién eres, mediante el analisis de lo que tomas de cada estanteria.
El punto es que pareciera que solo mientras estas comprando los alimentos que esperas te duren hasta el próximo sueldo, es cuando se cumple aquello de que somos lo que comemos, aunque según la manera en que nos miran y juzgan, somos lo que compramos.
Por cierto: En esta promoción de visa, por cada $ 25 de compras te dan una tarjeta y dos stickers, son 8 en total que se tienen que completar, me faltan 2; la letra S y el 1. Si alguien las tiene me avisa y repartimos el premio.
viernes, agosto 25, 2006
Cuidado!!!, excesiva carga de nostalgia en este post.
"Cada noche me quedo al pie de tu cama para cuidar tus sueños".
Recuerdo la alegría enorme que sentí cuando llegó a mi celu ese mensaje. Sin pensarlo dos veces abrí una carpeta para todo lo que él enviara en adelante y brevemente lo coloqué ahí con la certeza de que la memoria del teléfono pediría clemencia en menos de dos meses. No me equivoqué.
Y es que Daniel fue para mi, durante mucho tiempo, ese hombre maravilloso capaz de sacarme de las peores tristezas y de los más absurdos mal genios.
Las cervezas, los helados, las interminables caminatas y las incontables confesiones mutuas nos convirtieron en indispensables. Nadie era capaz de pensarnos el uno sin el otro.
Durante 6 años, sus crisantemos, notitas en papel encontrado y abrazos eran certezas diarias que llenaron mi vida de una alegría que jamás he vuelto a sentir.
Tal era su cariño y dedicación hacia mí, que en sus cumpleaños era él quien llegaba con flores en mano, diciendo que verme feliz era el mejor regalo que podía recibir.
De hecho, si en aquella época alguien me hubiera preguntado cuándo dejaríamos de estar juntos, hubiese reído mucho para terminar diciendo: eso jamás pasará.
Cuando él se fue, prometió no dejar de escribir nunca y así lo hizo, cada día un mensaje, un e-mail, un pedacito de canción de esas que entonaba con su guitarra cada vez que yo se lo pedía.
Hasta un otoño me envió por correo?
Como decía, en menos de dos meses el teléfono no resistía más cariño, difícil tarea la de borrar aquellos mesajes "menos significativos" por decirlo así. Claro está, antes de hacerlo los escribía en esa especie de diario que llevaba antes, para tener la seguridad de que no iba a olvidarlos jamás.
Fue difícil empezar a hacer todo sin él. Fue duro acostumbrarme a ser su niña especial a la distancia. Sin embargo, orgullosa debo decir que lo logramos. En los mejores y peores momentos, siempre lo sentí conmigo y tengo la certeza que a él le pasaba igual.
Me da mucha tristeza decir que ahora ya no sucede lo mismo, apenas si sé cómo está y qué hizo el fin de semana. A partir de su regreso definitivo todo cambió. Él se juntó con la mujer que ama y poco a poco entre el trabajo, los gustos y el pretexto del tiempo casi nos vemos.
Jamás hubiera pensado en una separación como la que se dio entre los dos. De pronto las preferencias personales empezaron a ser un problema y al contrario de antes, pues ya no tratábamos de coincidir o hacer a gusto, algo para ambos. Ya no había la opción de: primero vamos acá y luego nos vamos para allá.
No había más la media hora de su música y la media hora de la mía, incluso un par de veces perdí la paciencia y terminé contestándole horrible por sus bromas pesadas.
Hace un par de semanas comentaba con alguien que conocía de nuestra amistad, sobre el distanciamiento entre ambos, y él decía que las circunstancias actuales no eran tan extrañas como a mi me parecían.
Hablaba de la cantidad de personas que ha visto pasar por su vida y me decía que todos nos juntamos a otros por necesidad, de distintos tipos pero necesidad al fin. Comentario nada revelador, ni maravilloso, valga la aclaración, porque al final es completamente cierto, esa es la motivación.
Sin embargo, no deja de ser doloroso el tener que aceptar algo así. Entiendo que mientras estuvo lejos, él necesitaba de mí para no sentirse totalmente apartado de aquello que era y que añoraba cuando se fue.
Quizá durante dos años, ambos dejamos de ser los mejores amigos para convertirnos en referentes, en anclas de un pasado que no queríamos perder porque aquel tiempo juntos nos había mostrado una felicidad digna de indulto.
Realmente me costó mucho tiempo y dolor aceptar que la persona que soy ahora, ya no cuadra con lo qué es él. Juro haber intentando por todos los medios recuperar ese cariño e incondicionalidad tan grande que nos teníamos, pero no fue posible.
El vacío quedó y aunque me golpea todavía, ya ni la forma de extrañarlo es la misma. Mi necesidad de tenerlo a él se va perdiendo poco a poco y, mientras eso sucede, otras están cobrando fuerza y ya tienen ese "alguien" que las solventa. No como él, jamás como él.
PD. Al final la memoria del celu falló y pese a que trataron "ciertos datos se perdieron", dijo el técnico.
Recuerdo la alegría enorme que sentí cuando llegó a mi celu ese mensaje. Sin pensarlo dos veces abrí una carpeta para todo lo que él enviara en adelante y brevemente lo coloqué ahí con la certeza de que la memoria del teléfono pediría clemencia en menos de dos meses. No me equivoqué.
Y es que Daniel fue para mi, durante mucho tiempo, ese hombre maravilloso capaz de sacarme de las peores tristezas y de los más absurdos mal genios.
Las cervezas, los helados, las interminables caminatas y las incontables confesiones mutuas nos convirtieron en indispensables. Nadie era capaz de pensarnos el uno sin el otro.
Durante 6 años, sus crisantemos, notitas en papel encontrado y abrazos eran certezas diarias que llenaron mi vida de una alegría que jamás he vuelto a sentir.
Tal era su cariño y dedicación hacia mí, que en sus cumpleaños era él quien llegaba con flores en mano, diciendo que verme feliz era el mejor regalo que podía recibir.
De hecho, si en aquella época alguien me hubiera preguntado cuándo dejaríamos de estar juntos, hubiese reído mucho para terminar diciendo: eso jamás pasará.
Cuando él se fue, prometió no dejar de escribir nunca y así lo hizo, cada día un mensaje, un e-mail, un pedacito de canción de esas que entonaba con su guitarra cada vez que yo se lo pedía.
Hasta un otoño me envió por correo?
Como decía, en menos de dos meses el teléfono no resistía más cariño, difícil tarea la de borrar aquellos mesajes "menos significativos" por decirlo así. Claro está, antes de hacerlo los escribía en esa especie de diario que llevaba antes, para tener la seguridad de que no iba a olvidarlos jamás.
Fue difícil empezar a hacer todo sin él. Fue duro acostumbrarme a ser su niña especial a la distancia. Sin embargo, orgullosa debo decir que lo logramos. En los mejores y peores momentos, siempre lo sentí conmigo y tengo la certeza que a él le pasaba igual.
Me da mucha tristeza decir que ahora ya no sucede lo mismo, apenas si sé cómo está y qué hizo el fin de semana. A partir de su regreso definitivo todo cambió. Él se juntó con la mujer que ama y poco a poco entre el trabajo, los gustos y el pretexto del tiempo casi nos vemos.
Jamás hubiera pensado en una separación como la que se dio entre los dos. De pronto las preferencias personales empezaron a ser un problema y al contrario de antes, pues ya no tratábamos de coincidir o hacer a gusto, algo para ambos. Ya no había la opción de: primero vamos acá y luego nos vamos para allá.
No había más la media hora de su música y la media hora de la mía, incluso un par de veces perdí la paciencia y terminé contestándole horrible por sus bromas pesadas.
Hace un par de semanas comentaba con alguien que conocía de nuestra amistad, sobre el distanciamiento entre ambos, y él decía que las circunstancias actuales no eran tan extrañas como a mi me parecían.
Hablaba de la cantidad de personas que ha visto pasar por su vida y me decía que todos nos juntamos a otros por necesidad, de distintos tipos pero necesidad al fin. Comentario nada revelador, ni maravilloso, valga la aclaración, porque al final es completamente cierto, esa es la motivación.
Sin embargo, no deja de ser doloroso el tener que aceptar algo así. Entiendo que mientras estuvo lejos, él necesitaba de mí para no sentirse totalmente apartado de aquello que era y que añoraba cuando se fue.
Quizá durante dos años, ambos dejamos de ser los mejores amigos para convertirnos en referentes, en anclas de un pasado que no queríamos perder porque aquel tiempo juntos nos había mostrado una felicidad digna de indulto.
Realmente me costó mucho tiempo y dolor aceptar que la persona que soy ahora, ya no cuadra con lo qué es él. Juro haber intentando por todos los medios recuperar ese cariño e incondicionalidad tan grande que nos teníamos, pero no fue posible.
El vacío quedó y aunque me golpea todavía, ya ni la forma de extrañarlo es la misma. Mi necesidad de tenerlo a él se va perdiendo poco a poco y, mientras eso sucede, otras están cobrando fuerza y ya tienen ese "alguien" que las solventa. No como él, jamás como él.
PD. Al final la memoria del celu falló y pese a que trataron "ciertos datos se perdieron", dijo el técnico.
jueves, agosto 24, 2006
Es más fácil enamorar a una mujer que llevarla a la cama?
- "Es que depende de la chica"- sentenció mi amiga de cabello negro con la sonrisa siempre dispuesta, sin darse cuenta de que con su argumento jamás terminaríamos hablando del tema propuesto sino de completamente lo contrario.
Concluyó su respuesta diciendo que a las chicas fáciles se las puede llevar directo a la cama sin complicaciones y sin labia barata de por medio.
El asunto es que yo no creo en las mujeres fáciles, desde su concepto general.
Existen las regaladas, pero ese es otro tema, digamos que se trata quizá de una necesidad de afecto. Suele pasar.
Pero, para mí, no hay esa definición de chica fácil a la que estamos acostumbrados, creo que el aflojar/estar/vacilar con el fulano de turno es más bien un asunto circunstancial, lugar, hora, día, situación, hormonas, ánimo.
Mi amigo se impacta con mi teoría y me dice asustado que se fregó si no hay más jovencitas fáciles en el mundo, cómo va a seguir con su vida de galán si es que le destruyo justamente eso que le da sentido a cada viernes, sábado y eventualmente un jueves?
Pero no, no es mi intención desarreglar su status de "levanta dos chicas por semana".
En concreto, todas las mujeres son fáciles.
Todas pueden aflojar (y a veces sin necesidad de las desinhibidoras tres jarras de cerveza) a la primera cita.
Toda mujer es una fácil en potencia; pero no todos los hombres tienen la capacidad de sacar a la fácil que llevamos dentro.
Concluyó su respuesta diciendo que a las chicas fáciles se las puede llevar directo a la cama sin complicaciones y sin labia barata de por medio.
El asunto es que yo no creo en las mujeres fáciles, desde su concepto general.
Existen las regaladas, pero ese es otro tema, digamos que se trata quizá de una necesidad de afecto. Suele pasar.
Pero, para mí, no hay esa definición de chica fácil a la que estamos acostumbrados, creo que el aflojar/estar/vacilar con el fulano de turno es más bien un asunto circunstancial, lugar, hora, día, situación, hormonas, ánimo.
Mi amigo se impacta con mi teoría y me dice asustado que se fregó si no hay más jovencitas fáciles en el mundo, cómo va a seguir con su vida de galán si es que le destruyo justamente eso que le da sentido a cada viernes, sábado y eventualmente un jueves?
Pero no, no es mi intención desarreglar su status de "levanta dos chicas por semana".
En concreto, todas las mujeres son fáciles.
Todas pueden aflojar (y a veces sin necesidad de las desinhibidoras tres jarras de cerveza) a la primera cita.
Toda mujer es una fácil en potencia; pero no todos los hombres tienen la capacidad de sacar a la fácil que llevamos dentro.
lunes, agosto 21, 2006
3 mujeres, 3 horas en el msn
La intención era sólo preguntar por qué una de mis mejores amigas no iba a hacer su tradicional fiesta de cumpleaños. Pero, sin saber cómo, estos fueron los temas que abordamos:
Fiesta - bielas - agarres con su consecutivo ahueve - dignas que pecan de giles - etapas de un ahueve: 'disfrute o arrepentimiento?' - ganas que no se van vs. voluntad de acero - Manual "No afloje" (pero sin perder el coqueteo) - instructivo avanzado, "cómo hablar de matrimonio para asustar al fulano" - qué chucha! Manual de Afloje y disfrute al máximo sin arrepentimientos "libérese del cargo de conciencia, que eso también engorda" - disfrute del éxito en sus agarres y olvide los peros - hombres que inspiran ternura y otros q inspiran un Oh! Yeah! (oh yeah: dicese de expresión que denota satisfacción, cuando ha habido éxito en la misión) - Momento de compartir fotos de todos los chicos guapos que conocemos y tenemos en nuestras carpetas - Plan de bielas más noche - Lo malo de un colegio de monjas 'las monjas tienen la culpa'- Es más fácil enamorar a una mujer (sea por merito o labia) que llevársela sin compromiso a la cama? - Mi teoría de que no creo en el concepto de mujer fácil (tema de otro post) - métodos anticonceptivos - Despedida.
Y el trabajo? No, nadie trabajó el viernes :S
Esto, solo como ejemplo de cómo perder una mañana, o disfrutarla hablando de diversos temas.
Próxima entrega: "La fácil que todas llevamos dentro"
Fiesta - bielas - agarres con su consecutivo ahueve - dignas que pecan de giles - etapas de un ahueve: 'disfrute o arrepentimiento?' - ganas que no se van vs. voluntad de acero - Manual "No afloje" (pero sin perder el coqueteo) - instructivo avanzado, "cómo hablar de matrimonio para asustar al fulano" - qué chucha! Manual de Afloje y disfrute al máximo sin arrepentimientos "libérese del cargo de conciencia, que eso también engorda" - disfrute del éxito en sus agarres y olvide los peros - hombres que inspiran ternura y otros q inspiran un Oh! Yeah! (oh yeah: dicese de expresión que denota satisfacción, cuando ha habido éxito en la misión) - Momento de compartir fotos de todos los chicos guapos que conocemos y tenemos en nuestras carpetas - Plan de bielas más noche - Lo malo de un colegio de monjas 'las monjas tienen la culpa'- Es más fácil enamorar a una mujer (sea por merito o labia) que llevársela sin compromiso a la cama? - Mi teoría de que no creo en el concepto de mujer fácil (tema de otro post) - métodos anticonceptivos - Despedida.
Y el trabajo? No, nadie trabajó el viernes :S
Esto, solo como ejemplo de cómo perder una mañana, o disfrutarla hablando de diversos temas.
Próxima entrega: "La fácil que todas llevamos dentro"
martes, agosto 15, 2006
Un acto de fe, y un pedido de tregua
En algún momento de mi adolescencia lloré desconsoladamente por aquel hombre que me había engañado con otra, como a todas y todos nos ha pasado alguna vez, o la mayoría al menos.
Como buena mujer, odié a la otra, me sentí impotente, desgraciada, sabiendo que el fulano aún queriéndome mucho había sido capaz de serme infiel.
Con el tiempo aprendí que es una mala costumbre de las mujeres esa de echar la culpa a la otra, a la final no son ellas, y tampoco era yo la que no bastó.
Actualmente creo que cualquier hombre, (y claro, cualquier mujer también) puede llegar a ser infiel, independientemente de si ama o no a su pareja; la típica creencia es que uno busca afuera lo que no tiene en su relación; pero yo estoy segura que no importa que tanto puedo dar, o que tan buena puedo ser, el juego de hormonas es sencillo, nada tiene que ver lo uno con lo otro.
La última vez que me engañaron, o que creí que lo hacían, solo sentí rabia, y ya no culpa, ya no lloré pensando en cuál había sido mi error, lancé esa joya que tanto me gustaba al piso, desamarrándome de los conceptos por herencia aprendidos, y me di cuenta que esas son cosas que pasan aunque uno se crea que es la mejor persona del mundo. Al día siguiente me levanté y busqué debajo de la peinadora la joya para volver a ponérmela. Así soy, me gusta el oro.
Yo también fui alguna vez el instrumento de engaño, la otra, la que satisface los deseos reprimidos de un tipo que sin embargo piensa que su novia es lo máximo. Y debo reconocer que sentía cierto morbo de saberlo, ratificar mi idea que cualquier hombre puede cuernear a su magnifica mujer, por otra que quizá solo tiene mejores piernas y nada más que ofrecer (sin desmerecerme por supuesto, que yo puedo ser la mujer más tierna, la más complaciente y también la más desgraciada). No creo que eso me convierta en una cualquiera, pero si así lo fuera, ya que más, la verdad es que hubiese querido ser más puta de lo que me permití serlo, antes de enseriarme definitivamente.
Y si por algún motivo, el Chello y yo nos separáramos, supongo y espero que no, pero si así sucede, me dedicaría a ser una 'truchas', y disfrutaría siéndolo, al menos por un tiempo. No por falta de orgullo, vergüenza o sangre en la cara, tampoco por vengarme (nada mas digno de lástima) de aquellos que no me han querido, porque también hubieron los que si me quisieron y así se compensa el equilibrio de la vida que llevamos. Y ni siquiera por ser la hermosa villana del cuento, porque pese que lo encuentro de lo más entretenido, la verdad es que en mi no va más allá de ser un delirio.
Es un acto de fe, y un pedido de tregua.
A ver si de una vez por todas, las mujeres dejamos esta mala costumbre de culparnos unas a otras, de juzgar un comportamiento cualquiera que a los ojos de alguien con envidia puede ser inmoral y nos dedicamos a atender sin decoro ni rastro de pudor las más vanas y al mismo tiempo más significativas necesidades.
Como buena mujer, odié a la otra, me sentí impotente, desgraciada, sabiendo que el fulano aún queriéndome mucho había sido capaz de serme infiel.
Con el tiempo aprendí que es una mala costumbre de las mujeres esa de echar la culpa a la otra, a la final no son ellas, y tampoco era yo la que no bastó.
Actualmente creo que cualquier hombre, (y claro, cualquier mujer también) puede llegar a ser infiel, independientemente de si ama o no a su pareja; la típica creencia es que uno busca afuera lo que no tiene en su relación; pero yo estoy segura que no importa que tanto puedo dar, o que tan buena puedo ser, el juego de hormonas es sencillo, nada tiene que ver lo uno con lo otro.
La última vez que me engañaron, o que creí que lo hacían, solo sentí rabia, y ya no culpa, ya no lloré pensando en cuál había sido mi error, lancé esa joya que tanto me gustaba al piso, desamarrándome de los conceptos por herencia aprendidos, y me di cuenta que esas son cosas que pasan aunque uno se crea que es la mejor persona del mundo. Al día siguiente me levanté y busqué debajo de la peinadora la joya para volver a ponérmela. Así soy, me gusta el oro.
Yo también fui alguna vez el instrumento de engaño, la otra, la que satisface los deseos reprimidos de un tipo que sin embargo piensa que su novia es lo máximo. Y debo reconocer que sentía cierto morbo de saberlo, ratificar mi idea que cualquier hombre puede cuernear a su magnifica mujer, por otra que quizá solo tiene mejores piernas y nada más que ofrecer (sin desmerecerme por supuesto, que yo puedo ser la mujer más tierna, la más complaciente y también la más desgraciada). No creo que eso me convierta en una cualquiera, pero si así lo fuera, ya que más, la verdad es que hubiese querido ser más puta de lo que me permití serlo, antes de enseriarme definitivamente.
Y si por algún motivo, el Chello y yo nos separáramos, supongo y espero que no, pero si así sucede, me dedicaría a ser una 'truchas', y disfrutaría siéndolo, al menos por un tiempo. No por falta de orgullo, vergüenza o sangre en la cara, tampoco por vengarme (nada mas digno de lástima) de aquellos que no me han querido, porque también hubieron los que si me quisieron y así se compensa el equilibrio de la vida que llevamos. Y ni siquiera por ser la hermosa villana del cuento, porque pese que lo encuentro de lo más entretenido, la verdad es que en mi no va más allá de ser un delirio.
Es un acto de fe, y un pedido de tregua.
A ver si de una vez por todas, las mujeres dejamos esta mala costumbre de culparnos unas a otras, de juzgar un comportamiento cualquiera que a los ojos de alguien con envidia puede ser inmoral y nos dedicamos a atender sin decoro ni rastro de pudor las más vanas y al mismo tiempo más significativas necesidades.
miércoles, agosto 09, 2006
Oscar Wilde
Este hombre es digno de admiración, además de las cosas maravillosas q escribió, tiene algunas frases celebres fabulosas, como por ejemplo:
"La ambición es el refugio del fracaso"
Y para completar la perla que me llegó hoy:"Los solteros deberían pagar más impuestos; no es justo que algunos hombre sean más felices que otros"
Si alguien sabe alguna otra frase de Oscar Wilde así de memorable, la deja en la caja de comentarios. Gracias.lunes, agosto 07, 2006
La playa
Estar en la playa es, terminar quemada de manera desigual, algo muy típico en mi, piernas, brazos y algunas otras partes impronunciables. Dolor.
Es correr el riesgo de estar borracho antes del medio día, lo grave es cuando se es la única (entre dos) que toma. A propósito, hace ya algunas semanas un amigo me dijo varias y repetidas veces "no me gustan las chicas q toman mucho, que toman mucho, que pasan tomando, no, no me gustan" lo dijo tantas veces en el mismo minuto que era obvio q iba en mi contra. Y no es que yo quiera gustarle, estamos bien cada uno por su lado, pero en serio me preocupa, ósea no es que yo sea alcohólica, tengo mis épocas en las que se me hacen indispensables unas bielas a la salida de la U, pero nada más.
El asunto es, en serio a los hombres se les hace tan feo que una mujer tome?
Estar en la playa es hacer castillos de arena ;) quedarse dormidos y despertarse asustados por la marea que ha subido y nos empapa.
Es poder levantarse al baño en la madrugada y sentarse sin miedo que esté frío.
Es descubrir este nuevo maravilloso trago, Zhumir Maracuyá, (la cuña publicitaria) se lo toma frío y puro, no quema la garganta y sabe riquísimo. Capaz y dejo el vodka.
Es correr el riesgo de estar borracho antes del medio día, lo grave es cuando se es la única (entre dos) que toma. A propósito, hace ya algunas semanas un amigo me dijo varias y repetidas veces "no me gustan las chicas q toman mucho, que toman mucho, que pasan tomando, no, no me gustan" lo dijo tantas veces en el mismo minuto que era obvio q iba en mi contra. Y no es que yo quiera gustarle, estamos bien cada uno por su lado, pero en serio me preocupa, ósea no es que yo sea alcohólica, tengo mis épocas en las que se me hacen indispensables unas bielas a la salida de la U, pero nada más.
El asunto es, en serio a los hombres se les hace tan feo que una mujer tome?
Estar en la playa es hacer castillos de arena ;) quedarse dormidos y despertarse asustados por la marea que ha subido y nos empapa.
Es poder levantarse al baño en la madrugada y sentarse sin miedo que esté frío.
Es descubrir este nuevo maravilloso trago, Zhumir Maracuyá, (la cuña publicitaria) se lo toma frío y puro, no quema la garganta y sabe riquísimo. Capaz y dejo el vodka.
jueves, agosto 03, 2006
Estrategias
Las estrategias, a veces parecen ser el único camino para que las cosas funcionen y/o dejen de funcionar. Renegamos constantemente de ellas, las apedreamos y odiamos cual putas en la calle, y sin embargo las utilizamos todo el tiempo.
Las estrategias se convierten en juegos, por ejemplo el juego de quien puede pasar más tiempo sin llamar, escribir, asomar, golpear la ventana. Esa actitud de ser el más duro entre dos (cualquieras dos, no importa). La llamada pasada la media noche, el mail, el mensaje a horas indebidas. Todo, viene a ser, querámoslo aceptar o no, un asunto de estrategias.
Mi estrategia, es la aceptación justamente.
Y no digo que no me falle, de hecho lo hace eventualmente, pero me deja la satisfacción de haber sido honesta conmigo, y por eso la convierte en mi favorita.
Desde que recuerdo se me ha hecho más fácil tratar con hombres que mujeres, las causas son obvias, lo curioso es que últimamente empiezan a aparecer más mujeres que hombres en mi vida, (y el tema no es hablar de penefobia y mucho menos vaginofiliación como dice Mauro) supongo que es una etapa de mutación, donde las cosas empiezan a estar bien, y entonces vale la pena rodearse de todos, o casi todos, porque si de algo me sirve la exclusividad, debe ser para no permitir en mi grupo social gente que, sin hablar de inteligencia (y no necesariamente intelectualidad), no aporte algo a mi vida.
Justamente se trata de eso, buscar un aporte, y no de manera egoísta, sino como ley de compensación, una búsqueda de equilibrio; sin pensarlo mucho, me doy cuenta que el común denominador en la gente que considero amiga, es la fortaleza y seguridad que a mi me falta. Constantemente prefiero aliarme de las poseedoras de lo que no tengo, lo que admiro.
Una amiga me dijo recientemente que una no debe acostarse con un hombre al que no admire, y no sé si se refería a acostarse por sexo o para dormir y compartir una noche, ambas importantes a mi entender, pero me dejó pensando en si yo me acuesto con el que admiro, y luego me doy cuenta de que la admiración de hecho viene a ser factor relevante al momento de escoger mis amistades, mucho mas lo debería ser para compartir la cama.
Llegado este punto, no tengo nada más que volver al tema de la aceptación como estrategia y concretar.
La aceptación de que he caído muchas veces, de que me dejé convencer con mentiras otras tantas, aceptar que no soy santa ni inocente sino a veces ingenua. Aceptar mis errores y sentirme bien con ellos. Y no quiero que estas líneas parezcan a libro de motivación, faltaba más, quitarme lo cursi para ponerme de optimista, no. Que va!
Aceptar que muchas veces por orgullo perdemos lo que queremos, por ese juego del principio, del ego más grande, a mí por ejemplo luego de aceptarlo, se me hace más fácil dejar a un lado mi ego, y saber que suficientes barreras encontraré en mi vida, como para que yo invente otras. Aceptar también que querer nunca es suficiente, que el cariño por mucho que sea no basta.
Y acepto, no en busca de aprobación, ni como medio de exculpación que el miedo es el motor que me mueve, reconozco ya sin indignación que podré tener muchas cosas buenas y malas, pero lo peor es mi cobardía y que no hay nada que yo este dispuesta a hacer para quitarme los miedos. Supongo que he llegado a vivir en perfecta armonía con mis temores.
Las estrategias se convierten en juegos, por ejemplo el juego de quien puede pasar más tiempo sin llamar, escribir, asomar, golpear la ventana. Esa actitud de ser el más duro entre dos (cualquieras dos, no importa). La llamada pasada la media noche, el mail, el mensaje a horas indebidas. Todo, viene a ser, querámoslo aceptar o no, un asunto de estrategias.
Mi estrategia, es la aceptación justamente.
Y no digo que no me falle, de hecho lo hace eventualmente, pero me deja la satisfacción de haber sido honesta conmigo, y por eso la convierte en mi favorita.
Desde que recuerdo se me ha hecho más fácil tratar con hombres que mujeres, las causas son obvias, lo curioso es que últimamente empiezan a aparecer más mujeres que hombres en mi vida, (y el tema no es hablar de penefobia y mucho menos vaginofiliación como dice Mauro) supongo que es una etapa de mutación, donde las cosas empiezan a estar bien, y entonces vale la pena rodearse de todos, o casi todos, porque si de algo me sirve la exclusividad, debe ser para no permitir en mi grupo social gente que, sin hablar de inteligencia (y no necesariamente intelectualidad), no aporte algo a mi vida.
Justamente se trata de eso, buscar un aporte, y no de manera egoísta, sino como ley de compensación, una búsqueda de equilibrio; sin pensarlo mucho, me doy cuenta que el común denominador en la gente que considero amiga, es la fortaleza y seguridad que a mi me falta. Constantemente prefiero aliarme de las poseedoras de lo que no tengo, lo que admiro.
Una amiga me dijo recientemente que una no debe acostarse con un hombre al que no admire, y no sé si se refería a acostarse por sexo o para dormir y compartir una noche, ambas importantes a mi entender, pero me dejó pensando en si yo me acuesto con el que admiro, y luego me doy cuenta de que la admiración de hecho viene a ser factor relevante al momento de escoger mis amistades, mucho mas lo debería ser para compartir la cama.
Llegado este punto, no tengo nada más que volver al tema de la aceptación como estrategia y concretar.
La aceptación de que he caído muchas veces, de que me dejé convencer con mentiras otras tantas, aceptar que no soy santa ni inocente sino a veces ingenua. Aceptar mis errores y sentirme bien con ellos. Y no quiero que estas líneas parezcan a libro de motivación, faltaba más, quitarme lo cursi para ponerme de optimista, no. Que va!
Aceptar que muchas veces por orgullo perdemos lo que queremos, por ese juego del principio, del ego más grande, a mí por ejemplo luego de aceptarlo, se me hace más fácil dejar a un lado mi ego, y saber que suficientes barreras encontraré en mi vida, como para que yo invente otras. Aceptar también que querer nunca es suficiente, que el cariño por mucho que sea no basta.
Y acepto, no en busca de aprobación, ni como medio de exculpación que el miedo es el motor que me mueve, reconozco ya sin indignación que podré tener muchas cosas buenas y malas, pero lo peor es mi cobardía y que no hay nada que yo este dispuesta a hacer para quitarme los miedos. Supongo que he llegado a vivir en perfecta armonía con mis temores.
martes, agosto 01, 2006
Tercera Temporada
Ya, se acabaron las vacaciones y las ausencias, retomamos el blog como merece.
Cambio de template, la verdad solo es un cambio de colores, quitarle un poco lo rosa, dejarle el toque femenino, hacerlo un poco más plano. No será el template más hermoso de la blogósfera, pero estoy orgullosa de el, porque he programado el código solita, una por una cada línea, y eso no será mucho para quienes estudiaron sistemas, trabajan en informática o aquellos que se pasan horas con tutoriales. Yo estudié ciencias filosóficas sociales y trabajo en un banco, así que estoy orgullosa de mi.
El detalle importante es que hemos puesto fotos de las que aquí escribimos, la nena y yo, es más que nada una herramienta visual que deja de lado el anonimato de los nicks, y quizá logre un acercamiento al lector a través de una imagen palpable que descubre lo humanas y normales que somos.
En cuanto a políticas y condiciones, creo que nos mantenemos, no habrá poemas, no habrá política ni deportes, y la nena tiene el deber de postear por lo menos una vez cada 15 días. A ver si ganamos posicionamiento y Rafa nos escoge repetidamente entre los mejores post de la semana.
Iba a mejorar el servicio de haloscan, personalizar la cajita y que los comentarios no se borren con el tiempo, pero este mes me compré celular nuevo, estuve de viaje y eso... tonces la tarjeta está casi a reventar. Será luego, en cuanto se pueda.
Y bueno, eso es todo, este es el post de apertura, gracias a aquellos que se mantienen leyéndonos, a aquellos que nos tienen linkeadas y nos dan buena fama, y a quienes extrañaron.
Cambio de template, la verdad solo es un cambio de colores, quitarle un poco lo rosa, dejarle el toque femenino, hacerlo un poco más plano. No será el template más hermoso de la blogósfera, pero estoy orgullosa de el, porque he programado el código solita, una por una cada línea, y eso no será mucho para quienes estudiaron sistemas, trabajan en informática o aquellos que se pasan horas con tutoriales. Yo estudié ciencias filosóficas sociales y trabajo en un banco, así que estoy orgullosa de mi.
El detalle importante es que hemos puesto fotos de las que aquí escribimos, la nena y yo, es más que nada una herramienta visual que deja de lado el anonimato de los nicks, y quizá logre un acercamiento al lector a través de una imagen palpable que descubre lo humanas y normales que somos.
En cuanto a políticas y condiciones, creo que nos mantenemos, no habrá poemas, no habrá política ni deportes, y la nena tiene el deber de postear por lo menos una vez cada 15 días. A ver si ganamos posicionamiento y Rafa nos escoge repetidamente entre los mejores post de la semana.
Iba a mejorar el servicio de haloscan, personalizar la cajita y que los comentarios no se borren con el tiempo, pero este mes me compré celular nuevo, estuve de viaje y eso... tonces la tarjeta está casi a reventar. Será luego, en cuanto se pueda.
Y bueno, eso es todo, este es el post de apertura, gracias a aquellos que se mantienen leyéndonos, a aquellos que nos tienen linkeadas y nos dan buena fama, y a quienes extrañaron.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)