Nube de Tópicos frecuentes

jueves, agosto 03, 2006

Estrategias

Las estrategias, a veces parecen ser el único camino para que las cosas funcionen y/o dejen de funcionar. Renegamos constantemente de ellas, las apedreamos y odiamos cual putas en la calle, y sin embargo las utilizamos todo el tiempo.

Las estrategias se convierten en juegos, por ejemplo el juego de quien puede pasar más tiempo sin llamar, escribir, asomar, golpear la ventana. Esa actitud de ser el más duro entre dos (cualquieras dos, no importa). La llamada pasada la media noche, el mail, el mensaje a horas indebidas. Todo, viene a ser, querámoslo aceptar o no, un asunto de estrategias.
Mi estrategia, es la aceptación justamente.

Y no digo que no me falle, de hecho lo hace eventualmente, pero me deja la satisfacción de haber sido honesta conmigo, y por eso la convierte en mi favorita.

Desde que recuerdo se me ha hecho más fácil tratar con hombres que mujeres, las causas son obvias, lo curioso es que últimamente empiezan a aparecer más mujeres que hombres en mi vida, (y el tema no es hablar de penefobia y mucho menos vaginofiliación como dice Mauro) supongo que es una etapa de mutación, donde las cosas empiezan a estar bien, y entonces vale la pena rodearse de todos, o casi todos, porque si de algo me sirve la exclusividad, debe ser para no permitir en mi grupo social gente que, sin hablar de inteligencia (y no necesariamente intelectualidad), no aporte algo a mi vida.

Justamente se trata de eso, buscar un aporte, y no de manera egoísta, sino como ley de compensación, una búsqueda de equilibrio; sin pensarlo mucho, me doy cuenta que el común denominador en la gente que considero amiga, es la fortaleza y seguridad que a mi me falta. Constantemente prefiero aliarme de las poseedoras de lo que no tengo, lo que admiro.

Una amiga me dijo recientemente que una no debe acostarse con un hombre al que no admire, y no sé si se refería a acostarse por sexo o para dormir y compartir una noche, ambas importantes a mi entender, pero me dejó pensando en si yo me acuesto con el que admiro, y luego me doy cuenta de que la admiración de hecho viene a ser factor relevante al momento de escoger mis amistades, mucho mas lo debería ser para compartir la cama.
Llegado este punto, no tengo nada más que volver al tema de la aceptación como estrategia y concretar.

La aceptación de que he caído muchas veces, de que me dejé convencer con mentiras otras tantas, aceptar que no soy santa ni inocente sino a veces ingenua. Aceptar mis errores y sentirme bien con ellos. Y no quiero que estas líneas parezcan a libro de motivación, faltaba más, quitarme lo cursi para ponerme de optimista, no. Que va!
Aceptar que muchas veces por orgullo perdemos lo que queremos, por ese juego del principio, del ego más grande, a mí por ejemplo luego de aceptarlo, se me hace más fácil dejar a un lado mi ego, y saber que suficientes barreras encontraré en mi vida, como para que yo invente otras. Aceptar también que querer nunca es suficiente, que el cariño por mucho que sea no basta.

Y acepto, no en busca de aprobación, ni como medio de exculpación que el miedo es el motor que me mueve, reconozco ya sin indignación que podré tener muchas cosas buenas y malas, pero lo peor es mi cobardía y que no hay nada que yo este dispuesta a hacer para quitarme los miedos. Supongo que he llegado a vivir en perfecta armonía con mis temores.

No hay comentarios: