Nube de Tópicos frecuentes

martes, septiembre 30, 2008

Ni con el pétalo de una rosa

Durante los últimos años, me ha llamado la atención un poco aquello de la violencia domestica; quizá sea más morbo de mi parte que simple curiosidad investigativa.

Sin embargo, últimamente cuando pienso en el tema me planteo nuevos interrogantes. ¿Cuándo se llega al punto de identificar plenamente el maltrato? ¿Cuándo se puede separar lo que sean problemas cotidianos, gritos usuales o hasta cierta agresividad medida, o circunstancias en las que se alegue que existe justificación por transgredir el límite? O más específicamente, ¿cuál es el limite y quien lo plantea?

Estoy segura que es fácil juzgar desde afuera y decir que violencia es violencia, sin importar cómo o por qué, blanco o negro sin matices, pero hablar desde el otro lado de la ventana es solo apuntar con el dedo y no me sirve.

No me imagino cómo es por dentro, como aceptar que las cosas han cambiado, cómo no sentir cierto nivel de culpa, que aunque suena absurdo, estoy bastante segura que una persona tras la agresión no puede dejar de pensar, “yo me lo busqué/yo lo provoqué/yo también lo agredí física-verbal-emocionalmente.

De repente ya no es tan sencillo decir que hay que ser idiota para dejarse maltratar, y que a la primera señal uno debe cortar con cualquier vínculo. Cuánto más difícil será cuando en el medio aún se dibujan sentimientos, amor real y no amor pretexto, amor mutuo, ilusión, esperanza, ganas, coraje, ímpetu, decisión... y falta de ella.

Cuantas veces hemos de tropezar con la misma piedra hasta querer cambiar de vereda. ¿Cómo saberlo? Es posible que no lleguemos a conocer nuestra propia reacción ante algo hasta que nos suceda (sin por ello buscarlo). Quizá no es solo cuestión de creer que a mi no me pasaría, yo soy más inteligente, mas fuerte... ¿Qué pasaría si no lo somos? ¿Dónde esta esa pequeña línea que nos marca el regreso? Si es que acaso aun creemos que existe un punto de retorno y una manera de identificarlo.

A veces quiero, aunque no sea tan importante, dejar el morbo a un lado, ese lado Antonella que en ocasiones aflora, y plantear en serio preguntas que por un lado pueden parecer obvias y hasta ridículas, pero quien sabe, quizá haya alguien que conocemos a quien estas respuestas no aparecen tan evidentes.

No hay comentarios: