Los ex no deberían casarse nunca, deberían estar ahí como colchón emocional para cuando se los necesite.
Eso es imposible, porque todos somos ex de alguien y es condenarnos a la soledad. Mas bien: no deberíamos nunca enterarnos de la felicidad de un ex, sobretodo cuando aún estamos sólos.
Eso es egoismo. ajá, y?
Cuando se casa un ex solemos sentir algo parecido a la nostalgia, sin preguntarnos si acaso quisieramos de nuevo estar con él, repitiendo el discurso de "no es bueno reciclar, por algo son EX" pero quizá también nos duele un poco el ego, esa persona que me quiso tanto, ahora será feliz con otro/a.
Fuimos eso para todos los demás también. Es decir, él es ahora el mejor amigo, el novio, el amante, el principe. Las misma palabras que yo dije un día. Ella se casará con ese otro, te comparas, alucinas que eres cien veces mejor. Él me juró amor eterno, el mismo que se lo jura ahora a ella. Nos repetimos, ¿cuántas veces podemos decir "you are the one" y creerlo?.
Ella fue lo mismo para otro, yo fui lo mismo para algunos, tu fuiste para mí, aquello que ahora ella te susurra al oído.
No encuentro otra manera de decirte que espero que seas feliz, que me alegra tu felicidad, que me encanta, pero no quiero saber de ella. Que todos mis defectos se conjugan y sacan mi faceta mas egoísta, y al final, solo me alegro, porque serás lo feliz que te mereces, porque lo mereces todo.
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viernes, noviembre 06, 2009
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