Cuando mueres, es el aburrimiento y nada más.
Aburrimiento. No habrá nada más de aquí en adelante, sino una bruma espesa y nosotros, todos nosotros siempre iguales, en un infinito tedio que terminará contagiándote.
- Pero entonces esto es el infierno, como un castigo, ¿tan mal estuve?
- Me podría parecer entretenida tu respuesta, tiempo atrás quizá hubiera podido soltar una carcajada, si no fuera porque todos al llegar decimos más o menos lo mismo, no existe cielo o infiernos, crio, es la nada para la eternidad.
- Yo nunca he sido (fuiste) de los que se aburren, jamás le fui (bien) con ese cuento a mi mamá, siempre encuentro (encontrabas) algo que hacer. Estoy seguro que aún hay algo que podamos ingeniar para no estar condenados al aburrimiento.
- Siempre, nunca, todo, jamás, nadie, ya te acostumbrarás a dejar de utilizar palabras como esa, y comenzarás a usar bien los verbos, pretérito simple y definitivo, pretérito concluyente.
- Y ... ¿del avión no quedó nada? ¿O soy el único que murió?
- Todos con tu misma suerte.
- ¿Dónde está el resto?
- Aquí mismo, enterándose. Escogemos al azar a los nuevos y les damos la bienvenida con la noticia de lo que será la eternidad.
- Entonces es como un juego, les divierte ver nuestras reacciones.
- criatura, ¿estás buscando oportunidades? La mayoría en tu lugar, a esta altura de la conversación ya empieza a pedir ver a sus familiares.
- Se me ocurre por ejemplo, ya que estamos aquí sin tiempo, podríamos decir una historia falsa a los que llegan, inventar diferentes escenarios, y luego dejar que se encuentren.
- Ya, y más o menos es por hacer cosas como estas que creíste que te tocaba el infierno, ¿no?
- Pero no sería como mentirle a un alma que acaba de morir y está perdida sin saber lo que vendrá (suena peor de esa manera), sino más bien como un aplazamiento, un juego de pistas, a la larga descubrirán que estamos condenados al tedio, pero si algunos de nosotros nos divertimos con ello, ya no será aburrimiento y entonces en una paradoja todo habrá cambiado.
- Me tocó el optimista, válgame que no tuve suerte en el azar. ¿Cuánto tiempo piensas que te puede divertir ver a un grupo de párvulos vendados los ojos y dando tumbos entre sí? ¿Una, tres, siete veces? Luego pasará a ser parte de lo mismo que ves habitualmente, mi cara, la niebla, otra vez mi cara, y yo la tuya, y unos pocos desorientados por ahí.
- Te tocó un ingenioso, nunca me cuestioné si eso me serviría después de muerto, uno especula mucho acerca del más allá, (curiosa manera de llamarlo), pero no específicamente esto. Y lo que me decías de ver a nuestras familias, ¿se puede?
2 comentarios:
Qué interesante. He pensado mucho en lo que sucederá después. Noto que desde tu punto de vista, el futuro /si se puede decirlo así, más allá de equivocarse/ es tan tedioso como comprensivo.
Me gusta el punto de vista. Ojalá pueda sacarle la segunda parte. veremos si la escritura, al menos, no resulta tediosa.
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