El dí­a a dí­a que se escribe con tu ausencia

Hoy, creo que con mayor fuerza que otros dí­as, quisiera dejar de ser yo liberarme de este cuerpo y de lo que la gente está acostumbrada a pensar y esperar de mi para yo poder dejar de pensar y esperar lo mismo de mi...

Tengo muchas ganas de hacerte daño... el mismo que me hiciste y me haces a mi ni más, ni menos... no veo por qué no sea justo que tú sufras igual que yo... y que esta depresión por la que atravieso sea sólo para mi

Sin embargo no lo consigo... y no puedo porque no te importa, porque tu indiferencia me lo ha confirmado una y otra vez y porque yo de necia he querido luchan contra ella pensando que habí­a perdido la enésima batalla y que, finalmente, ganarí­a la guerra...

Imagino la ironí­a con la que estará¡s riendo al ver que ya desperté del sueño y que me he quitado los lentes rosas... supongo que mi tristeza estaré¡ alimentando tu ego y que mi rabia por sentirme insignificante... te estaré dando la victoria absoluta del juego que emprendiste conmigo hace tantos años

Bueno, y cómo culparte si ahora que lo recuerdo fui yo misma quien incitó el que estemos juntos.
Si mal no recuerdo tu interés por mi ya habí­a llegado a su letargo cuando el mío apenas despertaba y cuando por un error y la presión ajena terminaste diciéndome que si te permitiría quererme y hacerlo bien

Claro yo ingenua, crédula y muy ilusionada como cualquier mujer a la que le habí­a llegado el primer amor acepté creyendo habí­a encontrado al hombre que compartirí­a conmigo el dí­a a día

Que estúpida cierto?? Quién me dijo a mi que yo sabí­a lo que era querer bien... quizá para los cuentos mi pensar era correcto pero para la realidad, simplemente, no.

Ahora, cuando los años me han desgastado y golpeado a su antojo¦ cuando una y otra vez imaginé erróneamente que, con afecto y dedicación yo podí­a conseguir un sitio en tu vida, resulta que todo se viene abajo por algo que provocaste y que no eres capaz de reconocer ni siquiera por pretexto de caballerosidad y menos aún por la decencia

Pero en fin... ya deberí­a saber que la inocencia no puede imponerse sobre el orgullo de un hombre como tú

Hoy me gustarí­a ser contigo todo lo mala que sea posible dañarte como tú lo hiciste y dejarte agonizando, empapado en llanto como me sucedió a mi

Quisiera renunciar al afecto que siento y destrozar poco a poco tu infinita soberbia y el egoí­smo que tantas veces me acribilló sin piedad

Hoy me encantarí­a lastimar tu corazón hasta dejarlo sin esperanza alguna para que sepas lo que se siente cuando la indiferencia castiga al amor

Por eso quisiera dejar de ser yo para convertirme en el espejo que te devuelva todo el dolor que sembraste y que ha encontrado suelo fértil en tu quemeimportismo hacia mi

Pero no puedo no tengo fuerzas para hacerlo y ni alma tampoco es capaz de dejar mi cuerpo para encontrar uno de verdugo como el tuyo