La mujer del Cesar

"La mujer del César no solo tiene que ser, sino también parecer"
Con esa frase mi madre me atormentaba desde mi niñez, y no digo atormentar como si lo hiciera de mala, que mi madre es muy buena y dulce. Sino porque siempre me creó un conflicto emocional.

¿Qué pasa si no soy tan mujer como la del César, tan buena, tan casta, tan dama pura y bondadosa? ¿Qué tal si no logro parecermele tanto?, el prototipo de decencia que no alcanzo a definir en tiempos modernos.

No sé siquiera si quiero ser la mujer del César, no sé como se hace para ser ella o parecer ella, y con levantar el meñique cuando tomo té, no basta.
Y esto va más alla del absurdo de "a mi no me importa lo que la gente piense de mi" esos discursos de superación anti-sistema siempre me han caido mal, porque desde que vivimos en sociedad, algo nos tiene que importar para prevalecer en el medio.

Mi madre y su sabiduría que traspasa el tiempo, y yo que no cumplo esa categoría de diva 24/7. No es que lleve una vida de vicios tampoco, vivo los mios con suficiente entereza y en ocasiones a través de tropiezos.

Pero mamá casi siempre tiene razón, cuando me separé me dijo que ahora los hombres se demostrarían más directos en cuanto a sus verdaderos objetivos e intenciones, yo no sé si es la época que vivimos pero al parecer es así, no porque una mujer divorciada sea blanco fácil, sino porque ahora ya todo parece más simple en ese aspecto "te quiero para coger y nada mas que para eso, desayunamos en tu casa o en la mia?" todo se tornó así de simple y directo.

Supongo que no todo es culpa de que en la actualidad las mujeres son más fáciles, que los hombres la tienen tan clara que no necesitan engaños para llegar a lo que pretenden. Pero también debe ser una especie de evolución del pensamiento, el romance de ahora no es el mismo que se vivía en tiempos de nuestros abuelos, donde un amor inmenso nacía a través de miradas furtivas, sonrisas, promesas en papel y ni siquiera un roce o la esperanza de un beso. Eso no existe más, y es lo que vivimos, sin embargo los medios publicitarios y películas en general nos siguen bombardeando con la idea del amor perfecto incorruptible y verdadero, sonrisas, corazones, final feliz, salen los créditos.