Cuando en Guayaquil hace frio...

El esfuerzo fue mínimo, y mi ego asegura que me he graduado con éxito de anfitriona.
Y solo Paulette puede confirmarlo o negarlo.

No se crea un blog con el afán de hacer amigos, pero algunas veces pasa que entre confidencias, cuentos, e historias de amores perdidos, nacen estas relaciones que son tan importantes como las que inician con el típico contacto físico.

Paulette replica en medio de una conversación, "Cuando en Guayaquil hace frío..." yo río, una mona trata de explicarles a un par de serranos lo que es frío. No se lo creo; pero ella insiste.

Nos amanecimos conversando y bebiendo, la mona se chuma rápido, pero es picada, en un acto de complicidad y picardía, con mi hermano, abrieron una botella de agua que disfracé de vodka hace más de un año. Un par de horas después, a eso de las 9, me lo contaron arrepentidos por el sacrilegio. Literalmente se chumaron con agua.

Con Ludovico discutimos como se les llama a los paso cebras, con Phantom reímos al escucharle llamar ajma al asma. Ella se ríe a carcajadas también cuando mi tío grita en un uso desinhibido del quechua "Quisha perro"; el mismo tío que luego trató de explicarle que con nosotros no debe utilizar el verbo dar, haciendo la aclaración "a menos que estés necesitada". Y es que hablamos distinto, eso no lo podemos negar, pero a nosotras la diferencia nos causa risa, y mientras sea así estaremos bien.

Es la primera huésped que recibimos en casa. Conoció a mi canela, mis delirios y mis debilidades. Sufrió de un empalagamiento terrible, resulta que la So, la mujer en modus ama-de-casa, es una "cursi de la peor calaña", que comparte su vida con 6 peluches y un ratón.

Como siempre, tenemos como prueba las fotos del chantaje. Y unas cuantas perlas magnificas. Ya veré si las subo al mismo fotopage de siempre, donde solo las podemos ver algunos, con el único fin de que tengan envidia, aquellos que pudiendo estar con nosotras, optaron por irse de paseo ;)