Nube de Tópicos frecuentes

viernes, mayo 07, 2010

Delirio de crítico

Durante algunas semanas he indagado acerca de mi comportamiento como amiga, tratando de descifrar la causa de algo que me ocurre. Creo que hoy lo descubrí.

El tema es así: tengo este amigo que es muy inteligente, que es buena gente, escribe lindo, cuando nos sentamos a conversar coincidimos en muchas cosas, nuestros diálogos fluyen rápido, y encima me tiene cariño.

Pero yo no puedo leerlo, lo he agregado y borrado de mis feeds, cual novia histérica, repetidamente. Me llego a cuestionar qué sucede conmigo. Estoy segura que él tampoco me lee, pero para mí no leerlo, no es nomás cualquier cosa, estamos hablando de su oficio y profesión, estamos hablando de mi amigo escritor.

Y sus cuentos y novelas son bellísimos, pero sus posts no me dejan pasar de la primera línea sin fruncir el entrecejo y cerrar la página. Pienso que la razón es la siguiente: Tiene un delirio de crítico constante. Lo cual podría no ser tan malo, mi problema está en que, aún cuando él dice que no es cierto, no soporta, no acepta y además se indigna con las críticas que recibe.

Dice que le da igual y se ríe de aquellos que le prestan la suficiente atención como para criticarlo (y eso está muy bien: "que ladren Sancho, es señal que caminamos"), pero se nota que su risa es falsa y que esconde enojo. - lo cual, dicho sea de paso, tampoco es malo, ya que es muy humano, yo misma reacciono mal ante las críticas y me fastidio cuando veo alguien hablando mal de mi, (otra señal de nuestras coincidencias) aunque yo reacciono diferente, pero esa es una cuestión de carácter. -

Constantemente lo leo criticando un libro, una novela, un discurso político, una noticia, una película, dueño absoluto de qué es lo que está bien y lo que está mal, por qué vale la pena leer a tal autor y por qué los jueces de tal premio han cometido un error.

Para seguir en este ritmo de error y justificación, aclaro que si bien me molesta esa facilidad con la que los críticos se creen que tienen el mejor gusto en el mundo y que son dueños de la verdad, entiendo al mismo tiempo cómo se desarrolla. El escritor cuando no está escribiendo, está leyendo, comparando puntos de vista, y es inevitable tender hacia ciertos criterios, siempre sesgados por nuestras propias creencias.

Yo, que escribo poco, que el 90% de mis delirios e intentos quedan en borradores en etapa de reposo para luego ser cruelmente mutilados por mi propio álter ego vestido de editor en perspectiva, también tiendo a editar mentalmente los textos de los otros. Así que de lejos, pero algo entiendo que esta costumbre se convierte en algo incontrolable.

Este post no llega a un punto en concreto, solo me sirve de catarsis, me preocupaba pensar en la contradicción de que me resulte terrible leer los pensamientos de alguien a quien yo considero alguien coherente cuando habla, inteligente cuando opina y brillante cuando escribe. Y la razón está en su propia contradicción. Y eso es todo.

Y por supuesto, la intención es obvia, también me sirve como propia medicina para taparme la boca. Al criticar a un crítico que no acepta las críticas tal como yo no acepto las que me hacen, y creerme esta justificación como mi verdad; al hacer lo mismo que critico, siendo que lo que critico es que otro critique, me doy cuenta de que es muy fácil mirar la paja ajena, y que no estoy libre de ese pecado como para caerle a piedrazos.

No hay comentarios: