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lunes, mayo 17, 2010

La locura viene de los cuentos

"La locura viene de los cuentos de hadas", se escribió en las paredes de Alemania en la década de los setenta, toda vez que se acusaba a los cuentos - de los hermanos Grimm - de contribuir a la barbarie nazi, y de ser sexistas entre otras cosas.

Yo he estado mucho tiempo con este borrador que es una queja contundente de los cuentos. Queriendo referirme en específico a "La princesa y el guisante".


Saben ese cuento que la chica llega al castillo toda zaparrastrosa por la tormenta, la madre del príncipe quiere comprobar su linaje y le esconde un guisante bajo veinte colchones y veinte edredones. Al día siguiente la princesa dice que no pudo dormir un carajo porque algo le molestaba la espalda. La suegra se alegra de que sea una verdadera princesa y felices todos, ta ta.

Pues a mi siempre ese cuento me cayó muy mal, porque dónde está la gracia de ser una mujer que encima de que le dan posada dice que no pudo dormir por una pilche arveja bajo 20 colchones? O sea, qué felicidad va a tener el príncipe casándose con una chica así de filática?. Paseíto en carruaje sobre camino pedregoso: ni hablar. Dormir en cobachita en la playa: no way. Viaje en bus interprovincial: olvídate!
Qué es lo que nos trataba de enseñar ese cuento?

Y cuando estaba por concluir que ahí está, no es culpa nuestra, que los cuentos nos jodieron durísimo.
Entonces me encuentro con esta perla en mi correo, que me devuelve la fe en los cuentos, me hace agradecer a disney y me recuerda mi amor platónico por Eric y el por qué quería ser una princesita de cuento :)




1 comentario:

Rudd-O dijo...

Pocahontas quería civilizarse porque en la civilización hay automóviles y microondas. E Internet. Y aigre acondiciondo.

Pero la man lo que quería en realidad era salir a sacar lámpara; el mantense me entiende: tirar esquina en el barrio Umiña (por el sector de la Flavio). El problema con Pocahontas es que, lamentablemente y con esa carita que se manejaba, no llegaba ni al barrio Cuba (alias Siete Puñaladas).

Ya, fuera de broma, es posible que no haya una organización que le haya hecho tanto daño a los niños como Disney, al grabarle los estereotipos estúpidos -- pensando como hombre que vio tantas películas cojudas de princesas y etcétera -- y materialistas / superficiales, en la cabeza a los niños. No se trata tanto de haber creado expectativas irreales -- la realidad solita se encarga de corregir eso -- sino más bien de haber enseñado patrones de conducta completamente descabellados, haber reforzado el concepto de que la mujer es un objeto, y de que el hombre es un esclavo.

No sorprende el mundo moderno, a la luz de la cultura popular de los 80's y 90's.a