Habían ido a la cancha a esperar que llegaran los demás del grupo, el objetivo era entrenar voley para el partido del sábado.
Estuvieron un buen rato esperando, pero nadie aparecía; ya era de noche.
Fueron a sentarse bajo el único árbol, cerca del lugar de entrenamiento, en las sombras...
Charlaban...
Silencio... miradas... charla... silencio...
El olor a hierba mojada era envolvente...
Estuvieron un buen rato esperando, pero nadie aparecía; ya era de noche.
Fueron a sentarse bajo el único árbol, cerca del lugar de entrenamiento, en las sombras...
Charlaban...
Silencio... miradas... charla... silencio...
El olor a hierba mojada era envolvente...
Se besaron por primera vez, y la carne de los labios se hizo deliciosa, el olor a piel se hacía presente... se tocaron, fueron palpando con la yema de los dedos parte por parte, primero, sobre la ropa; después, él deslizó su mano bajo la camiseta de ella, dejando ver el ombligo, lo besaba, como si quisiera sacárselo, subió los labios y le mordió los pezones, los chupaba como si fuera un bebé, luego los mordía suavemente, con la otra mano la tocaba, ella veía estrellas en el cielo, aruñaba la espalda de él, mientras más deseo sentía más lo aruñaba, mordía su cuello y el calor entre los dos seguía subiendo...
El chirrido de los grillos se hacía más profundo y se combinaba con algunos jadeos...
Los integrantes del equipo de voley empezaron a llegar, hicieron un grupo y parecían estar en espera de dos personas más; pasaron unos minutos, al no encontrarlos, empezaron a entrenar...
Se quedaron quietos un momento, aguardando, ocultos bajo el árbol, observando, sintiéndose.
Silencio...
Se miraron, y encontraron brillo en sus ojos, tenían la boca abierta, esperando un beso, ambos alientos tenían sed, hambre, deseo...
Ella le arrancó la camisa y los botones salieron volando como insectos, él le rompió la camiseta y sus pechos juntos provocaban aún más placer... Siguieron arrebatándose la ropa hasta quedar desnudos en la oscuridad, ahora solo escuchaban la respiración uno del otro, ella bajó la mano y sintió el miembro duro de él, esa era una sensación nueva y excitante, lo apretó con sus dedos y él gimió; él bajó su mano y sintió humedad...
La pelota cayó cerca del árbol, y la muchacha de saco azul corrió en su búsqueda, se quedó un momento quieta, mirando, como si hubiera descubierto algo extraño...
Él la miró y levantó la mano, como diciendo "hola" la muchacha, "sacó los ojos" (debió asustarse) y decidió volver a la cancha...
Sus labios rieron, y el miedo a ser descubiertos no hacía más que aumentar ese apetito... Entonces, él introdujo su miembro dentro de ella...
Gemido... jadeos...
Ella veía la luna, sentía la hierba mojar su piel, las piernas de él en vaivén hacia su cuerpo, manos tocándola, una boca que besaba y mordía?; luego, la mente en blanco y un calor recorriéndola, de pies a cabeza...
Gemido... jadeos...
Creyó sentir un corazón dentro de su pubis, lo sintió latir adentro...
Jadeos... silencio...
Se abrazaron, se miraron a los ojos y supieron desde entonces que la complicidad entre ambos tendría ya una razón de ser...
El chirrido de los grillos se hacía más profundo y se combinaba con algunos jadeos...
Los integrantes del equipo de voley empezaron a llegar, hicieron un grupo y parecían estar en espera de dos personas más; pasaron unos minutos, al no encontrarlos, empezaron a entrenar...
Se quedaron quietos un momento, aguardando, ocultos bajo el árbol, observando, sintiéndose.
Silencio...
Se miraron, y encontraron brillo en sus ojos, tenían la boca abierta, esperando un beso, ambos alientos tenían sed, hambre, deseo...
Ella le arrancó la camisa y los botones salieron volando como insectos, él le rompió la camiseta y sus pechos juntos provocaban aún más placer... Siguieron arrebatándose la ropa hasta quedar desnudos en la oscuridad, ahora solo escuchaban la respiración uno del otro, ella bajó la mano y sintió el miembro duro de él, esa era una sensación nueva y excitante, lo apretó con sus dedos y él gimió; él bajó su mano y sintió humedad...
La pelota cayó cerca del árbol, y la muchacha de saco azul corrió en su búsqueda, se quedó un momento quieta, mirando, como si hubiera descubierto algo extraño...
Él la miró y levantó la mano, como diciendo "hola" la muchacha, "sacó los ojos" (debió asustarse) y decidió volver a la cancha...
Sus labios rieron, y el miedo a ser descubiertos no hacía más que aumentar ese apetito... Entonces, él introdujo su miembro dentro de ella...
Gemido... jadeos...
Ella veía la luna, sentía la hierba mojar su piel, las piernas de él en vaivén hacia su cuerpo, manos tocándola, una boca que besaba y mordía?; luego, la mente en blanco y un calor recorriéndola, de pies a cabeza...
Gemido... jadeos...
Creyó sentir un corazón dentro de su pubis, lo sintió latir adentro...
Jadeos... silencio...
Se abrazaron, se miraron a los ojos y supieron desde entonces que la complicidad entre ambos tendría ya una razón de ser...
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