Una tarde de lluvia....

Era una tarde de lluvia... ella caminaba por las calles adoquinadas muy contenta e indiferente a las gotas de agua que resbalaban por su rostro y mojaban totalmente su uniforme del colegio...
Cuando llegó a su destino, tocó el timbre...

- Si?
Ya llegué
- Ok, ya bajo, espérame

Pasaron por la puerta negra, hasta los zapatos estaban mojados, tanto así que producían un sonido como de burbujas al subir la escalera...
Entraron a la casa, se sentaron en la sala y conversaban quién sabe de qué cosas... pasaban las horas...
Ella comenzó a temblar de frío, así que él fue a prepararle un café, hasta tanto le hizo entrar a la habitación y le dio una camisa para que se cambiara.
Cuando ella estuvo lista abrió la puerta, él entró y se sentaron en la cama. Ella bebía el café como si fuera el más delicioso de los dulces, siendo que nunca le gustó tomar café
El silencio era inminente, se miraron a los ojos, todo comenzó con un beso, un inocente beso...
Fue besándola poco a poco mientras ella cerraba los ojos para no ver su rostro, él era... feo, y ella una niña atrapada que pensaba que podía tomar el mundo en sus manos para hacer y deshacer a su antojo...

El beso dejaba de ser solamente eso, las delicadas manos de él empezaron a acariciar su cabello, se sentía tan bien...
Poco a poco fue despojándola de su ropa, le sacó la camisa que le había prestado... no tocó sus senos, ni sus pezones rosados, apenas si besaba su blanco cuello... ella solamente pensaba "ya voy a parar, tengo que parar" pero el beso continuaba, ella no se movía, tenía las manos quietas, una sensación de inutilidad invadía su cuerpo, quiso gritar, pero sentía un nudo en la garganta que era más fuerte que su voz... pensó en el café que había bebido... tal vez fue eso...
La falda le había sido despojada, al igual que la lycra blanca que utilizaba en vez de enagua...
Él metió los dedos en el interior de ella y ella se perturbó, tenía ganas de arrojarlo contra la pared, pero no podía, no podía parar... quedó completamente desnuda, inmóvil, él se desnudó también y ella sintió algo tibio sobre el pubis...
Él le abrió las piernas, e introdujo su sexo una y otra vez, ella sintió que algo se desgarraba dentro pero no se movía, en pocos minutos, él gimió... silencio de nuevo...

Entonces ella abrió los ojos, por fin sintió que podía moverse, al ver a su lado, descubrió a un extraño, miró su cuerpo, se vio desnuda, se dio vuelta y lloró...
El extraño se levantó, le dio un beso, se vistió y la dejó sola...
Entonces ella miró la habitación, el techo, la cama... la ventana, se incorporó, todo daba vueltas... con los dedos recorrió su piel y sintió humedad, supo, desde aquel día, cuál era el olor del sexo...
Fue vistiéndose poco a poco, la ropa todavía estaba mojada. Mientras se colocaba el uniforme del colegio, solamente pensaba en su desvanecido sueño de ser monja, en sus padres, en lo absurdo de tener que utilizar ese uniforme de niña cuando, minutos antes, la habían hecho "mujer"...